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Que sea yo un poco más amable
y que cuando otros fallen
sus errores no recalque.
Que alabe yo un poco más,
Que cuando sienta yo fatiga
ponga una cara más amiga.
Que un poquito más me esfuerce
por ayudar a los demás.
Que sea yo un poco más valiente
cuando la duda me tiente;
y que con más ánimo intente
ser lo que debo ser.
Que sea más humilde
con el hermano más débil,
y que estime al prójimo
más que a mi propio ser.
Que sea cada día más tierno
y el amor llene mi vida,
que sea fiel a mis deberes
cada instante de cada día.
Que trabaje sin quejarme
y la tarea no desprecie,
que acepte yo el llamado
a la hora de mi muerte.

While I was in Colombia I read this poem one day while supervising the little girls' work in the library. The girls were working juiciosamente so I grabbed a book and started reading. It was titled "Dichos y hechos - el amor", and one of the dichos was this small poem with which I found myself greatly identified. Being where I was, and having to do the work I had, these words were of much encouragement to me.